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Beatriz Espejo nació en el puerto de Veracruz en 1939, es doctora en Letras Españolas por la Universidad Nacional Autónoma de México; ha combinado su carrera literaria con el magisterio, la investigación y el periodismo.
De ella ha dicho, otra veracruzana ilustre Esther Hernández Palacios: “Beatriz Espejo retoma el oficio de Penélope, la pasión de Rosa Chacel, la elocuencia de Mercè Rodoreda, el gesto de extravío delante del crepúsculo de Katherine Mansfield, y quisiera decirnos y quisiera decirse a sí misma que ya no tiene más sentido el detalle, la filigrana de la que está rodeada el vacío; pero todavía coqueta, lo describe. Sí, lo describe, pero para descalificarlo, para afirmar que no es posible sostener la condición humana en el entramado de una celosía.”
Su primer libro, La otra hermana (1958), contó con el respaldo de Juan José Arreola, quien lo publicó como primer volumen de la colección Cuadernos del unicornio; con estos cuentos, Beatriz Espejo incursionó en el género de lo fantástico. Sus siguientes libros, Muros de azogue (1979) y El cantar del pecador (1993), tratan sobre la vida burguesa veracruzana, envuelta en la atmósfera costeña y amenizada por el ritmo de los sones; son dos libros en los que están presentes los recuerdos de su propia vida familiar. En Alta costura (1997) se centra en la condición de la mujer, sobre todo en sus contradicciones, en el conflicto entre la vida profesional y la personal. También, fundó y dirigió la revista El rehilete (1961-1971), que estuvo integrada por un directorio completo de mujeres, en la que publicó -durante diez años ininterrumpidos- a autores reconocidos y dio oportunidad a nuevas y nuevos escritores.
Los largos lapsos entre un libro y otro muestran a una escritora rigurosa, que corrige minuciosamente y sólo deja llegar al lector aquellas piezas que han alcanzado la perfección. Sobre este trabajo casi obsesivo con la palabra dijo: “El cuento tiene sus reglas casi matemáticas. Eso lo sabe el hacedor de cuentos y no lo debe saber el lector. Tienes que engañarlo y que no note la técnica ni los esfuerzos. Es como cuando ves tocar a un pianista y deslizarse por las teclas de un piano; admiras que lo hace sin trabajo. En un cuentista serio pasa lo mismo.”
Ha escrito tres novelas: ¿Dónde estás corazón? (2014), narración histórica que gira en torno a la decisión del virrey de la Nueva España, don Baltasar de Zúñiga y Guzmán, de formar el primer convento al que puedan ingresar mujeres indígenas;
Todo lo hacemos en familia (2001), en la que vuelve al tema de la familia burguesa venida a menos y regresa también al territorio veracruzano, haciendo de Tlacotalpan uno de los escenarios de la historia, y Los eternos dioses (2024), novela breve que comenzará a circular en los próximos días.
Considerada una de las mejores cuentistas mexicanas, cuya bibliografía asciende a 80 cuentos publicados, es también ensayista y traductora. Ha recibido, entre otros, el Premio Nacional de Periodismo 1983 por sus colaboraciones en diarios y revistas; el Premio Nacional de Narrativa Colima para Obra Publicada 1993 por El cantar del pecador; el Premio Nacional de Cuento San Luis Potosí 1996 por Alta costura. En 1998 fue nombrada Veracruzana distinguida y desde el año 2001, el Premio Nacional de Cuento de Yucatán lleva su nombre.
Alumna de autores como Julio Torri, Juan José Arreola y Rubén Bonifaz Nuño, la narradora veracruzana que ha explorado sobre todo el cuento y el ensayo admite que ahora lo que más desea es que las y los mexicanos redescubran su obra, que la conozcan en su totalidad.
En una ceremonia realizada este martes 27 de febrero en el Palacio de Bellas Artes, la escritora veracruzana Beatriz Espejo recibió el Premio Nacional de Artes y Literatura, 2023, en el campo de la Lingüística y Literatura, reconocimiento que otorga el Gobierno de México a través de la Secretaría de Cultura a quienes por sus creaciones, producciones o trabajos docentes de investigación o de divulgación han contribuido a enriquecer el acervo cultural del país o el progreso de la Lingüística, la Literatura, las Bellas Artes, la Historia, las Ciencias Sociales, la Filosofía, y las Artes y Tradiciones Populares, así como a las expresiones artísticas en general.
La destacada escritora recibió el premio de manos de la Secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, quien llevó la representación del presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, y de la Secretaria de Cultura, Alejandra Frausto Guerrero. Este Premio reconoce e impulsa el trabajo de las y los artistas, investigadoras e investigadores más destacados del país por la Secretaría de la Cultura y las Artes del Gobierno del Estado de Yucatán. La acompañaron en la ceremonia las titulares de la Secretaría de la Cultura y las Artes del Gobierno del Estado de Yucatán, Loreto Noemí Villanueva, y de la Secretaría de Cultura de Veracruz, Silvia Alejandre Prado.
También fueron galardonados, en el campo de las Bellas Artes, el director y dramaturgo Claudio de Jesús Valdés Kuri, en reconocimiento a su deslumbrante y multifacética trayectoria de incesante creatividad escénica; en lo concerniente al área de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía, recibió el premio el académico e investigador José Manuel Valenzuela Arce, por la calidad, diversidad, pertinencia e interdisciplina de su quehacer académico y de divulgación en el terreno de los estudios culturales, fronteras, violencia y migración; asimismo, en el campo de Artes y Tradiciones Populares se otorgó el galardón al compositor, músico e investigador Guillermo Velázquez Benavidez, por la recuperación, vinculación regional y transnacional que su trabajo ha dado a un género lírico musical complejo, como el huapango arribeño, resignificando su sentido identitario y proyectándolo a las nuevas generaciones.