Creación y misión son las marcas que inscriben a Teodoro Cano García (Papantla, 1932-2019) como símbolo identitario de la cultura totonaca. Su obra mural y de caballete, lo mismo que sus esculturas, guardan profunda comunión con la historia, las tradiciones y la vida cotidiana de su pueblo: Papantla, donde queda el sello indeleble de su producción plástica, de su talento y su amor por la región del Totonacapan.
El Museo Teodoro Cano, uno de los recintos del IVEC, resguarda y exhibe 15 obras que la familia Cano Assaleih ha concedido en comodato para el goce y disfrute de los visitantes del Museo que lleva su nombre. Es una colección de pinturas de caballete en distintos formatos en las que quedó manifiesta la rigurosa formación artística de su autor, su talento creativo y la orgullosa identidad de su cultura milenaria.
Fue gracias a su interés profesional y a la motivación que le procuró Diego Rivera que el joven Teodoro Cano ingresó a la Academia de San Carlos, a partir de una carta de recomendación que le dirigió el muralista guanajuatense al entonces gobernador de Veracruz, Adolfo Ruiz Cortines. Su relación profesional con Rivera no quedó sólo en su primer encuentro en el parque de Papantla, cuando Cano apenas contaba con 15 años. Pocos años después, Cano se integró al equipo que realizaría la obra mural de Rivera que reviste la fachada del Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria, en la capital del país.
Al término de su carrera, regresó a su estado natal, donde dio inicio una fructífera trayectoria como creador, la cual se compaginó con sus labores como docente y promotor cultural. Poza Rica vio la realización de su primera obra mural, Historia del petróleo, pintado en 1953, y fue en esta ciudad petrolera, lo mismo que en la capital veracruzana, en su natal Papantla y otras localidades del estado, donde desplegó una vasta producción mural a lo largo de más de seis décadas.
A su participación en exposiciones nacionales e internacionales se sumaron los reconocimientos y premiaciones de primer orden, como fue el Doctorado Honoris Causa, concedido por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Veracruz, o la Medalla Adolfo Ruiz Cortines, otorgada por el Congreso del Estado.
Su labor académica tuvo nicho en la Universidad Veracruzana, donde dirigió el Taller de Artes Plásticas a finales de los años sesenta; pocos años después fue titular de los Talleres Libres de Artes Plásticas de la UV, en Papantla, ciudad donde también dirigió la Casa de Cultura y contribuyó en la fundación del Museo de la Ciudad.
A un año del fallecimiento de Don Teodoro Cano, acaecido el 23 de abril del 2019, el Instituto Veracruzano de la Cultura recuerda la generosidad y talento que distinguieron siempre al maestro papanteco; su legado fue y será pilar indiscutible de la tradición plástica veracruzana contemporánea y orgullo de su pueblo natal, cuyas tradiciones e historia ocuparon buena parte de los temas y trazos de sus coloridos lienzos.
Es misión del IVEC y del Museo Teodoro Cano seguir contribuyendo con la preservación y difusión de su legado artístico para el disfrute de las nuevas generaciones.